En el año 2034, Théo Guderian, un físico francés, hizo un curioso pero impracticable descubrimiento: la forma de utilizar una flexión temporal de un solo sentido que se abría a un lugar en el valle del Ródano durante la idílica era del Plioceno, hace seis millones de años. Pero, a medida que iba pasando el tiempo, este descubrimiento reveló una cierta utilidad. Los inadaptados y rebeldes del futuro —muchos de ellos gente brillante— empezaron a buscar aquella puerta de salida hacia un misterioso pasado. En el año 2110, un grupo particularmente extraño e interesante se estaba preparando para iniciar ese viaje: un capitán de astronave, un chica atleta, un paleontólogo, una sacerdotisa, y varios otros que tenían razones para huir de aquella perfección tecnológica del siglo XXI.
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